
Esas cosas que todos los vagos tienen en común.
- Siempre están cansados, no se sabe realmente el motivo. Pero ellos se quejan sin parar.
- Duermen muy mal. O al menos esos dicen como si fuera una excusa para no trabajar; sus ronquidos dicen otra cosa, pero habrá que creerlos.
- Entienden de todo y no saben de nada. Siempre opinan del trabajo de los demás y de las posibles correcciones que pueden hacerse al respecto.
- Son grandes entendidos en todo aquello que no hacen. La teoría se la tienen estudiada al dedillo, la práctica ya la dejan para su otra vida.
- Nada puede gustarles más que dar órdenes. Ellos no han nacido para trabajar, han nacido para mandar. ¿Quién dijo que no se puede mandar desde el sofá?
- No les digas que hagan nada. Su respuesta será siempre la misma ¿Y por qué tengo que hacerlo yo siempre? Lo de siempre ellos lo entienden a su manera.
- Son los primeros en irse y los últimos en aparecer. Por supuesto, siempre tienen una buena razón para ello que solo los insolidarios como tú no entenderían.
- Nadie como ellos merecen las medallas y el reconocimiento, su entrega y abnegación está fuera de toda duda. En su cabeza, por supuesto.
Seguro que alguna de estas razones te suena. ¿Eres un vago o lo padeces?